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Informe sobre las finanzas éticas en Europa

El título Capital Común es el hilo conductor del 8º Informe sobre las Finanzas Éticas en Europa. Surge de una idea sencilla: cuando el capital se orienta hacia las personas, las empresas y las comunidades, puede convertirse en una palanca para unas finanzas más sólidas e inclusivas.

El Informe entrelaza tres perspectivas que, juntas, ofrecen una visión de conjunto: la primera analiza la solidez, la calidad del crédito y el impacto social de los bancos éticos europeos; la segunda compara estos resultados con los del sistema bancario tradicional; y la tercera se centra en la economía social, principal interlocutora y destino preferente de las finanzas éticas.

Las finanzas éticas no son un modelo alternativo, sino un modelo necesario. Esta es la conclusión que emerge de esta edición del Informe: un modelo sólido, creíble y capaz de generar impacto social y ambiental sin renunciar a la estabilidad económica.
Como recordó Ruth Paserman (Comisión Europea) en la apertura de la Conferencia FEBEA 2025, “las finanzas éticas son plenamente adecuadas a nuestro tiempo”.

Fondazione Finanza Etica, en Italia, y Fundación Finanzas Ética,s en España, como parte del Grupo Banca Etica y del movimiento internacional de las finanzas éticas, queremos reafirmar un punto esencial: la estabilidad financiera, la cohesión social y la paz no son objetivos separados, sino partes de un proyecto común.

Hacer visible este proyecto, demostrar su viabilidad y ampliar los espacios de diálogo dentro y fuera de las instituciones europeas son los retos que nos guían y que este Informe contribuye a hacer realidad.

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Bancos éticos y grandes bancos europeos: las cifras que explican las diferencias

Los bancos éticos crecen en solidez e impacto. En 2023 gestionaron en conjunto 79.000 millones de euros en activos, con una proporción de crédito sobre activos del 67,91%, superior a la de los grandes bancos europeos (60,9%) y en línea con la de los bancos minoristas.
Esta orientación hacia el crédito confirma su vocación de financiar la economía real: familias, empresas y organizaciones.

Crédito de calidad y rentabilidad sostenible. La tasa de créditos morosos se sitúa en el 1,61% en los bancos éticos, frente al 1,89% de los grandes bancos, y la rentabilidad sobre activos es mayor (0,75% frente a 0,64%).
En algunos casos, hasta el 93% de los préstamos se destina a microempresas, una atención poco común en el panorama bancario.

Medio ambiente, sociedad y gobernanza: la comparación se amplía a los criterios ESG

No sólo importa cómo actúa un banco, sino también qué financia.

Por ello, el Informe evalúa también los impactos indirectos de las actividades financiadas.
Los datos muestran que el 72% de los créditos de los bancos éticos tiene un impacto social o ambiental positivo, frente al 19% de los grandes bancos.

Son decisiones voluntarias, no impuestas por la normativa, que demuestran coherencia y capacidad para anticipar los estándares del futuro.

La economía social en Europa

La contribución a la economía social es estructural. En Europa, este sector reúne más de 4,3 millones de organizaciones: casi nueve de cada diez son asociaciones, seguidas de cooperativas y fundaciones. Un tejido que contribuye de manera decisiva a la cohesión social y territorial.

Los bancos éticos canalizan más del 70% de sus créditos hacia la economía social, frente al 19% de los bancos significativos, mostrando una clara elección sobre dónde dirigir los recursos.

El análisis ofrece recomendaciones concretas: para apoyar verdaderamente a la economía social, se necesitan instrumentos de capital adaptados al tamaño de las empresas sociales, garantías públicas más simples y accesibles y, sobre todo, una participación directa de las organizaciones sociales en el diseño de las políticas y de los instrumentos financieros.

Una Europa cada vez más armada: el giro de la agenda verde

El Informe observa con preocupación la orientación reciente de la Unión Europea, que contempla incluir la producción de armas entre las actividades consideradas “sostenibles”.

Una decisión que pondría en entredicho la credibilidad misma de las políticas financieras europeas.

Las finanzas éticas reafirman un principio claro: la paz, la cohesión social y la transición ecológica deben seguir siendo los pilares de cualquier finanza que aspire, al menos, a ser sostenible.

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