¡Cambiemos las finanzas para cambiar Europa!
Peticiones desde el Grupo Banca Etica a las personas candidatas al Parlamento Europeo
Elecciones de mayo de 2019
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La votación de finales de mayo de 2019 para renovar el Parlamento Europeo supone un paso de gran importancia, posiblemente decisivo para el destino de la UE.
Jóvenes de todo el mundo, y sobre todo de Europa, están pidiendo a voces un cambio radical hacia una economía sostenible: ¡es el momento de que las instituciones europeas den una respuesta!
Las finanzas pueden y deben convertirse en un instrumento para afrontar los grandes temas del presente y el futuro: el cambio climático y las desigualdades que generan malestar social y movimientos migratorios de difícil gestión. La UE puede hacer mucho para regular los mercados e impulsarlos a trabajar en esta dirección.
Los ideales propuestos por quienes la fundaron parecen hoy un pálido recuerdo en una Europa dividida entre impulsos euroescépticos, la incógnita del Brexit y la promoción de políticas que, en demasiados casos, casi parecen estar alejadas de la ciudadanía y del bien común; una Europa dominada por una visión mercantilista en la que los intereses y el peso de los grupos de presión económicos muchas veces parecen tener prioridad sobre las cuestiones sociales, ambientales y democráticas.
El financiero es uno de los sectores emblemáticos de esta evolución. La causa más evidente de la crisis que ya lleva golpeando Europa desde 2007 es, seguramente, el modelo de desarrollo adoptado por las finanzas mundiales a partir de principios de los años ’90. Los mercados financieros se han desarrollado de forma incontrolada, pero este desarrollo no hubiera sido posible sin unas leyes y decisiones políticas permisivas y condescendientes, y en los últimos veinte años, la política se ha ido plegando progresivamente al mundo financiero. Además, frente a estos fenómenos de carácter global, la ciudadanía muchas veces se siente impotente, simple «espectadora» de procesos aparentemente alejados de lo cotidiano, que a primera vista no se pueden influenciar, como ya escribíamos en 2014.
Si bien después del estallido de la crisis de 2008 se dio un compromiso formal para cerrar el casino financiero, diez años después, dichas promesas han quedado casi completamente incumplidas. Se han dado algunos pasos adelante, si pensamos por ejemplo en la mayor transparencia de los derivados (la compensación de los mercados extrabursátiles), pero se trata de iniciativas esporádicas y del todo insuficientes. No se han atajado las actividades especulativas, los paraísos fiscales prosperan, las finanzas se caracterizan cada vez más por tener horizontes temporales brevísimos y el único objetivo de hacer dinero del dinero, sin apoyar la economía ni la sociedad.
Las peticiones de Banca Etica a las personas candidatas al Parlamento Europeo
Justicia fiscal
Es necesario un compromiso especial con la justicia fiscal. En la UE, hay diferentes territorios que funcionan como auténticos paraísos fiscales, con consecuencias devastadoras para la desigualdad, la competencia y para la propia credibilidad y confianza en las instituciones. Haber introducido que las multinacionales deban presentar informes por país es un primer paso, pero debe reforzarse su implementación actual y acompañarse de otras normas que luchen contra la evasión y la elusión fiscales, el blanqueo y la criminalidad y a favor de la armonización fiscal y de una fiscalidad justa en el caso de las empresas, empezando por los gigantes tecnológicos.
Reforma global del sistema financiero
Pedimos que se retome el proceso de reforma global del sistema financiero para volver a ponerlo al servicio de la sociedad, para hacer que haga su propia contribución a la hora de afrontar la emergencia climática y para conseguir un sistema financiero estable que se ponga al servicio de la economía y la sociedad, en vez de provocar inestabilidad y crisis y de pretender dictar las leyes al mismo tiempo.
Separación entre bancos de inversión y bancos comerciales; una tasa sobre las transacciones financieras
Las instituciones europeas no han conseguido aprobar las reglas que ellas mismas habían propuesto. Por ejemplo, después de 2008, la UE encargó a personas expertas, bajo la guía de Liikanen, gobernador del Banco Central de Finlandia, que redactaran un informe con las reformas principales que hubiera que emprender. En primer lugar estaba la separación entre bancos comerciales y de inversión, pero después de diez años de discusiones y vetos cruzados entre países, esta propuesta ha acabado abandonándose. El impuesto sobre las transacciones financieras ha visto una evolución similar a pesar del voto favorable del Parlamento Europeo y del borrador de directiva publicado por la Comisión Europea. Corroboramos insistentemente la necesidad de retomar el proceso encaminado a la aprobación de dicha normativa.
Promover unas finanzas sanas
Junto a la necesaria y urgente normativa para luchar contra la especulación y otros comportamientos dañinos, también es importante trabajar para promover un sistema bancario y financiero diferente. Para responder a las múltiples exigencias presentes en la sociedad, sería útil tener diferentes modelos bancarios, una especie de «biodiversidad bancaria», diametralmente opuesta a la norma de la talla única – one size fits all – que se promueve con demasiada frecuencia a escala europea.
Las finanzas éticas y sostenibles han demostrado en estos años mejores resultados, no «solamente» en términos ambientales o sociales sino también desde el punto de vista económico. Las instituciones europeas han iniciado un proceso para definir y promover las finanzas sostenibles (el llamado Plan de Acción para las Finanzas Sostenibles): se trata de un primer paso alentador pero demasiado tímido de momento. Faltan instrumentos específicos que podrían tener una enorme relevancia a la hora de reforzar el proceso de las finanzas éticas y sostenibles.
Por esto pedimos a las personas candidatas a las elecciones europeas que, si resultan elegidas, se comprometan a:
- reforzar el plan de acción por las finanzas sostenibles, fijando criterios claros y estrictos que definan las finanzas sostenibles de manera rigurosa, incluyendo también criterios sociales y de gobernanza junto a los criterios ambientales; referencias que luchen contra la especulación y la evasión fiscal;
- definir la sostenibilidad de los productos financieros, teniendo en cuenta no solo los productos específicos o las financiaciones concedidas sino, también, el comportamiento global del banco o el gestor. El Artículo 111 bis del Texto Único de las Leyes en Materia Bancaria y Crediticia, que define las finanzas éticas y sostenibles en Italia, va exactamente en esta dirección. Se debe retomar y promover un enfoque similar a escala europea;
- reconocer un «factor de apoyo social»: o lo que es lo mismo, unas condiciones que faciliten la concesión de crédito a proyectos e iniciativas de empresas y organizaciones con impacto positivo en la sociedad, como por ejemplo la introducción de un factor de apoyo social. Esta medida permitiría reducir la absorción de capital por parte de las financiaciones destinadas a promover la actividad en los sectores agrícola y ecológico, de la energía limpia, la sostenibilidad, la cultura y a financiar las empresas de la economía social. Este tipo de instrumento, que reduce las cargas por aprovisionamiento de capitales para los bancos que promueven estos proyectos de gran impacto social para la colectividad, se configura como un instrumento muy valioso para facilitar las inversiones y el acceso al crédito de las empresas de la economía social y cercanas a los valores y principios de las finanzas éticas.
Es necesario un cambio decisivo de dirección para el futuro mismo de la Unión Europea. Cambiar las finanzas para cambiar Europa es una afirmación cada vez más cierta y más urgente. Si hay una señal positiva que da esperanza de cara al futuro es el creciente número de ciudadanos y ciudadanas que están adquiriendo conciencia y solicitando un proceso de este tipo. Cambiar el sistema financiero, al margen de la importancia que tiene en sí, significa dotarse de instrumentos para afrontar los desafíos económicos, sociales y ambientales que tenemos por delante. Desde el clima hasta las desigualdades, desde la justicia fiscal hasta el empleo, tenemos necesidad de un sistema financiero que se ponga al servicio de la sociedad y del planeta y que pase de ser una parte relevante del problema a ser parte de la solución. Pedimos a las personas candidatas al Parlamento Europeo que se comprometan a trabajar en esta dirección.